“Mientras el cuerpo aguante...”
Por Ana Morales
Por Ana Morales
Nació en Javia el 2 de Abril de 1982, las paredes del chalet de sus padres fueron el primer escenario que vio los incipientes golpes de nuestro protagonista, de pequeño cuenta que a veces le cogía la raqueta a su padre y otras a su hermano Javier, 3 años mayor que él y que fue su primer gran referente. Ya a los ocho años comenzó a jugar al tenis con su padre y su hermano mayor, Javier, que llegó a ser profesional y que actualmente es entrenador en el Club de tenis Los Pinos de Javea.
Sus primeros entrenadores pronto se dieron cuenta de que a nuestro tenista le gustaba mucho mas competir que entrenar. Se mudó a Gandía a los 13 años y dos después a Barcelona para asistir a la Federación Catalana de Tenis. Su padre Jaime es contador y su madre Pilar es profesora. Desde pequeño amó el tenis, llegando a hacer de él algo fundamental en su vida. Sin embargo, también le gustan deportes como el fútbol y el básquetbol y es fanático del Valencia CF. Por otro lado, disfruta leyendo y guarda todos los libros que lee.
En su nueva etapa en Barcelona, logró el Campeonato de Europa y del Mundo por equipos de la categoría cadete junto a Tommy Robredo y Marc López. Buenos años que recuerda es esta ciudad por la buena experiencia vivida y por el buen trato que recibió de sus entrenadores, pero también fue duro para él ya que todos sus compañeros eran catalanes y tras el entrenamiento volvían a casa, mientras que él se quedaba solo en la Blume, incluso destaca lo fácil que era descentrarse a esa edad sin el control paterno.
Una tarde, tumbado en la cama de su habitación y sin parar de darle vueltas a la cabeza, decidió que había llegado el momento de volver. Aunque, por si enseguida se arrepentía, subió al tren con tan sólo una maleta. Pero a la semana siguiente volvió a Barcelona a por el resto de equipaje; tenía muy claro que donde quería estar era en su tierra. Les dijo a sus padres que quería olvidarse de la raqueta unos días. Estuvo dos semanas parado y enseguida se agobió, aunque se resistía a volver a los entrenamientos. Su gran referente, su hermano Javier, había colgado la raqueta hacía apenas un año tras un duro paso al profesionalismo, y eso también ayudó a que nuestro tenista se pelease con su deporte favorito. Su padre, para estimularlo, le dijo que si no jugaba en algo tenía que trabajar. Ahí es donde vivió el ya famoso episodio de estar un par de días trabajando de albañil en una obra. Lógicamente, de inmediato volvió a abrazarse a su raqueta.
Así comenzó a trabajar duro y ya en 2002 logró su primer título ATP en Bucarest y con sólo 20 años. La final en la que ganó el Masters Nacional disputada en el Palau Sant Jordi de Barcelona, fue transmitida en directo por La 2 de Televisión Española. Para el gran público, él era tan desconocido que el realizador se equivocó y se pasó buena parte del partido enfocando a su presunto entrenador... que en realidad era un aficionado anónimo que se desgañitaba animándolo, pero que ni se parecía en nada ni tenía lo más mínimo que ver con Javier Piles. Al día siguiente, cuando llegó a Valencia, se vio en los periódicos y se sintió el hombre más feliz del mundo por lo que había conseguido.
En 2005, se colocó entre los 8 mejores de Roland Garros, acabando cuartofinalista, y eliminado por el campeón del torneo Rafa Nadal. El 30 de enero del 2006 por primera vez logró situarse entre los 10 mejores tenistas del mundo, siendo el segundo español con mayor ranking después de Rafael Nadal, después de todo, no cabe duda, si, evidentemente se trata de David Ferrer, ese niño que un día soñó con ser un gran profesional del tenis y que hoy en día ha cumplido con creces su tan ansiado sueño. En el 2007 consigue su mayor éxito en el mundo del tenis, que fue llegar a la final del masters de Shanghai ante Roger Federer tras haber ganando a jugadores de la talla de Novak Djokovic, La experiencia para él fue única desde el primer minuto. Había cientos de personas esperándole en el aeropuerto, hasta le hicieron, al igual que a los otros 8 participantes, una estatua en terracota. Estaba muy contento, porque estaba en un Masters y eso ya quedaba para la historia. Era algo para siempre.
David es un joven con un gran carisma por lo que está rodeado de sus grandes amigos de la infancia que le acompañan siempre que pueden a los torneos. ¿Cuál será el techo de David? A lo que él contesta contundentemente: ‘Ni lo sé yo ni creo que nadie lo pueda prever. Nunca pensé que llegaría tan lejos como lo he hecho, así que no renuncio a nada y sigo trabajando para mejorar. Mientras el cuerpo aguante...'